La amistad y sus recuerdos
Ayer un amigo me comentó que en una de las primeras entradas del blog decía que intentaría escribir todos los días y que debía ponerme las pilas para cumplir con eso, y no le puedo quitar la razón. Así que voy a ponerme y a ver si en un ratito os puedo dejar una nueva entrada. Gracias amigo.
Tengo que reconocer que me tenía que haber puesto unos días antes, pero no pasa nada, desde lo más profundo de mi catarrazo voy a ver qué sale de mí…
Esta semana está siendo especialmente motivadora, el fin de semana pude visitar a la familia y eso es algo que siempre recarga pilas. Además pude compartir un buen rato con mi tío, el que le dio nombre al blog porque desde muy pequeña me llamaba Mimí, gran persona y gran luchador, mi tito Daniel.
También influye el hecho de haberme reencontrado con antiguos compañeros de instituto, que hacía como 20 años que no nos veíamos, te hacen volver atrás en el tiempo, quiero decir, que es como si “fuese ayer” que éramos apenas unos adolescentes y han pasado 20 años y cientos de cosas en nuestras vidas.La mayoría casados o no, con hijos o no, divorciados o no, pero minimamente felices y todos con cientos de cosas y experiencias vividas, en los caminos que cada uno de nosotros hemos ido escogiendo o se nos han ido planteando.
Llegados aquí para mí es como un soplo de aire fresco, ya que entre las risas, los recuerdos y las historias que se explican en ese reencuentro te ves cara a cara con lo que fuiste, lo que querías ser, lo que eres y lo que deberías cambiar para ser y llegar a donde más o menos te habías planteado cuando éramos casi unos niños…. para que las personas, cosas y situaciones que hoy en día forman tu vida no sean una excusa que te impida alcanzar lo que te propusiste en su día, sino al contrario, que se conviertan en la mayor de las motivaciones para alcanzar todo eso y más.
Te das cuenta que para todos y cada uno de nosotros las cosas no han sido fáciles, en mayor o menor medida, pero la cosa es que hemos llegado a ser personas de provecho mediante un camino u otro. Y que la vida da muchísimas vueltas y nunca se sabe dónde se le antojará que tengas que estar, por eso a esas personas que formaban parte del recuerdo y que se han vuelto a “activar” de nuevo, les doy las gracias por ser parte de mis antiguos recuerdos y dar pie a construir nuevos momentos juntos, ha sido genial.
Que como bien comentábamos la otra noche, en algún punto de la vida, hemos pasado a sentirnos “salvados” por el cobijo de nuestros padres a ser nosotros “el cobijo de nuestros hijos”, sin tener mucha idea de nada pero intuyéndolo un poco todo, sabemos que al llegar a casa, pase lo que pase, hay personitas que te esperan con una mirada de tranquilidad pensando que mientras mamá o papá estén con ellos, todo lo suyo estará a salvo… da igual si sus padres son personas afortunadas o no, si son grandes profesionales o buscavidas, si gozan de buena o mala suerte, si la salud les acompaña o a veces les hace estragos, esos pequeños se sienten a salvo simplemente por el hecho de que somos sus papás. Eso es lo que hace que se note el paso de los 20 años que hacía que no nos veíamos, las responsabilidades.
Pese a que me está influenciando la vena filosófica esta que se me despierta de vez en cuando, tengo que decir, que me gusta “filosofear” y más cuando se hace por algo tan bonito como la amistad, esa amistad cuidada, y seleccionada, no se tienen amigos elegidos al azar, todos los que se tienen debe ser porque nos aportan y les aportamos algo, porque su existencia modifica en algo tu vida y la hace mejor aún si cabe, la amistad si es sincera es el mayor de los tesoros.
Y ya para acabar, a todos los que son mis amigos, los de verdad, ellos saben los que son porque no son muchos, a todos ellos, sean más antiguos o más recientes, gracias de corazón, porque sois un gran tesoro.